De la mano de una vecina de Villamiel los cinco participantes con discapacidad intelectual del programa recorrieron las tranquilas calles de la localidad y visitaron sus lugares más emblemáticos, tales como la plaza de toros, la Plaza Mayor, la Ermita de La Soledad, la Cruz, la Casa del Deán del S. XVII y la Iglesia de Santa María Magdalena del S.XVI, en cuya fachada pudieron leer curiosas inscripciones de los canteros, tales como "haz aquello que quisieras de haber hecho cuando mueras", dando lugar a positivas reflexiones entre los y las participantes, motivados a seguir haciendo actividades con las que disfruten de la vida, como las que llevan a cabo “Los fines de semana con Mensajeros de la Paz Extremadura” y con las que tanto disfrutan.

Posteriormente, pusieron la guinda al pastel visitando la pedanía de Trevejo, un lugar en el que parece que el tiempo se hubiera tomado un respiro, con sus recónditas callejuelas, su ermita y los restos de un castillo medieval que atrae numerosas visitas. La villa está declarada lugar de Interés Turístico gracias a su bien conservada arquitectura típica de la zona y a su ubicación estratégica desde la que se puede contemplar toda la comarca, ofreciendo unas vistas privilegiadas de la Sierra de Gata extremeña. Un escenario de inigualable belleza, al cual la niebla del momento le aportó un aire de misterio y encanto.

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