Mensajeros de la Paz Extremadura

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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21 DE ENERO DÍA EUROPEO DE LA MEDIACIÓN FAMILIAR

"La mediación familiar es un método que no desgasta a las partes, a diferencia de la resolución judicial"

En el Día Europeo de la Mediación, Mensajeros de la Paz Extremadura charla para sus lectores con Marta Gonzalo Quiroga, experta en Mediación Familiar, analista, conferenciante y profesora de la Universidad Rey Juan Carlos

La experta en Mediacion Marta Gonzalo (1)
Marta Gonzalo, experta en Mediación Familiar
"La mediación familiar es un método que no desgasta a las partes, a diferencia de la resolución judicial"

Marta Gonzalo Quiroga es experta en Mediación Familiar. Profesora de Universidad, analista y conferenciante habitual en mediación en diversos países europeos e Iberoamericanos, capacita y forma a mediadores profesionales en España y la Unión Europea y es Directora del Título Propio de “Experto en Mediación” de la Universidad Rey Juan Carlos. Habla con www.mensajerosdelapazextremadura.es en el Día Europeo de la Mediación Familiar.

¿Cómo y dónde nacieron los Servicios de Mediación Familiar?

La mediación, en general, existe como forma natural de solución de conflictos en el ámbito familiar desde tiempos inmemoriales. Kolb, se refería a ella como “la segunda profesión más vieja del mundo”, aludiendo a que los conflictos existen desde siempre, primordialmente en las familias, y dónde existe un conflicto existe también un mediador. Es decir, alguien que intenta poner fin al mismo facilitando la comunicación entre las partes para que estas se entiendan y lleguen a un acuerdo. De manera que lo que hoy llamamos la mediación jurídica antes se reconocía como una “mediación espontánea” que se practicaba sobre todo en contexto familiar, social, político y religioso con toda naturalidad y falta de formalidad.

Oficialmente,sin embargo, los orígenes exactos de los Servicios de Mediación Familiar (SMF) en el mundo, están debatidos. Provenientes de las culturas asiáticas, se atribuye a Canadá y a Estados Unidos la creación de los primeros SMF en la década de los años sesenta, con el movimiento ADR: Alternative Dispute Resolution. En 1973 llegaron a Europa, al abrirse en Bristol (Reino Unido) el primer SMF y de ahí se extendió al resto de los países del viejo continente.En España, tuvimos que esperar a finales de los ochenta para que el psicólogo Antonio Coy introdujera la mediación familiar en nuestro país con el Primer Congreso Internacional de Mediación Familiaren Barcelona en septiembre de 1989. A partir de ahí, los SMFfueron introducidos de diferente manera según lo dispuesto por cada una de las comunidades autónomas. Si bien, todavía hoy, y a pesar de su gran aceptación y necesidad, no todas las Comunidades fomentan ni invierten de igual manera en SMF, lo que genera cierta desigualdad.

¿Qué beneficios aporta a sus usuarios?

Sus beneficios son múltiples y, en tiempo, salud, discreción, dinero, desgaste y sufrimiento emocional, indudablemente mucho mejores que acudir a los juzgados. Es fundamental que usted,que ahora nos está leyendo,conozca las ventajas de la mediación para tenerla clara y así, en caso de ser necesario, pueda usted, sus amigos o familiares, utilizar los SMF.

Con la mediación sus conflictos familiares, sean los que sean(divorcio, separación, problemas en casa, con sus vecinos, hermanos, hijos, dependientes, herencias, compañeros, etc.),van a ser solucionados de forma estrictamente confidencial, sin que se entere nadie más que los afectados -a diferencia de en un juicio público para todo el mundo-. Van a ser resueltos de la mejor manera posible porque serán ustedes mismos, que conocen su problema mejor que nadie, los que lleguen a un acuerdo -y éste no sea impuesto por un juez que no deja satisfecho a nadie, ni siquiera al que “gana” el caso-. El proceso, además, va a ser mucho más rápido que un juicio y, por tanto, más económico y sin el desgaste tan grande y casi siempre irreparable que deja acudir a los tribunales.La duración de la mediación dependerá de cada caso y del tiempo que las propias partes empleen en llegar a un acuerdo pero, en la práctica, es mucho más rápida que un proceso judicial. Es muy flexible, no tienes que estar sujeto a los plazos de convocatoria que el juez te dicte sino que las propias partes deciden cuándo son las sesiones de mediación. Es un método que, a diferencia de la tensión que ocasiona ir a un juicio, no erosiona ni desgasta a las partes. Además, si vas a un juicio sabes que te has ganado un enemigo de por vida, uno va a ganar y otra va a perder; el que pierde odia al que gana con lo cual el conflicto no se resuelve sino que encima se incrementa y vuelve a manifestarse una y otra vez. La mediación proporciona un método basado en el ganar-ganar: las dos partes, aunque inicialmente crean que es imposible, seguro van a ganar algo y van a salir mejor de su problema, pero no cediendo, sino intercambiando sus verdaderos intereses. De ahí que los acuerdos en mediación se cumplan más que las sentencias judiciales porque son las propias partes las que están conformes y salen contentas de ese acuerdo. Y, además, en el mejor de los casos se consigue el cierre emocional que es el más difícil de sellar en un conflicto. Cierre que escasamente se logra por la vía judicial.

Mensajeros de la Paz Extremadura ya habéis descrito y difundido sus beneficios claramente en vuestra publicación titulada ¿Qué puede hacer por mí el Servicio de Mediación Familiar?: “La principal ventaja de la Mediación Familiar frente a la vía judicial es que evita el enfrentamiento entre los miembros de una misma familia y/o impide que dichos enfrentamientos continúen incrementándose, además aporta los siguientes beneficios:

Resolver las disputas con mayor rapidez y con menor coste que un juicio.

Permitir la continuidad de relación entre las partes (ya sea familiar, vecinal, laboral, comercial,  etc.)

Garantiza la confidencialidad.

Otorga a las partes mayor control en la resolución negociada.

Mayor satisfacción con los resultados.

Menor desgaste para las partes”.

Si los beneficios son tan evidentes, entonces ¿Por qué la mediación no se utiliza más por los ciudadanos para solucionar cualquier conflicto familiar y se sigue priorizando acudir a los juzgados?

Principalmente por desconocimiento. La mediación todavía no se conoce y, aquellos que la conocen, a pesar de sus evidentes ventajas y beneficios, puede que no acudan a la misma porque es algo “nuevo” y les genera cierta desconfianza. Una de las dificultades mayores a las que nos enfrentamos en materias de mediación es en la de difundir, informar y dar a conocer la mediación y sus ventajas a todos los ciudadanos.

El desconocimiento de la mediación no pasa sólo en Extremadura, sino en el resto de España y en otros países: ¿Qué es? ¿Para qué sirve? ¿En qué me puede beneficiar? ¿Cómo y dónde la puedo utilizar? ¿Es cara? ¿Si resuelvo algo es obligatorio cumplirlo igual que una sentencia de un juez? ¿Qué confianza me genera esto? Así, instalados en el“más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer”, somos resistentes al cambio y esto se refleja también en el mundo de la justicia. Aunque sea para mejor, por desconocimiento o por resistencia a la variación, parece que nos anclamos en el modo tradicional de resolver todos nuestros conflictos a través de terceros, los jueces o tribunales judiciales, en lugar de intentar resolverlos nosotros mismos, a través de la mediación.De ahí que la realidad es que, hoy por hoy, la mayoría de los extremeños/as cuando tiene un conflicto de cualquier tipo, personal o familiar: separaciones, crisis matrimoniales, problemas en la casa, entre vecinos, compañeros, en la familia, divorcios, con hijos adolescentes, entre hermanos, cuidado de padres, etc., todavía no contemplan, por lo general, acudir a mediación.

De modo que, si me lo permites, me vuelvo a dirigir directamente a nuestros lectores, como usuarios potenciales de los SMF, para hacerles tres sencillas pregunta y que ellos mismos saquen sus propias conclusiones:

Si usted tiene un conflicto familiar ¿Quién va a saber mejor lo que le conviene y es mejor para sus intereses y los de su familia, usted mismo o un juez?

Si a usted le duele la cabeza, ¿va directamente al cirujano para que le intervenga de urgencia en el quirófano o antes pregunta que se puede hacer para aliviar su dolor, sanar y averiguar qué le está pasando? Todo antes que llegar al quirófano, ¿verdad? Es absurdo matar moscas a cañonazos. Pues lo mismo aplica en sus conflictos de familia.

¿Por qué, sabiendo el coste emocional, económico, personal, familiar y social tan grande que le van a suponer los juzgados se sigue usted empeñando en ir a los tribunales para resolver sus conflictos familiares? Porque es lo único que usted conoce ¿a qué si? Hasta hace poco no sabía que había otra forma: la mediación.

Cada persona y familia es única. Sus problemas, circunstancias y situaciones no son equiparables en manera alguna y aún así seguimos optando por acudir a la vía judicial sabiendo que el Derecho sólo puede dar soluciones genéricas a problemas concretos y que los problemas familiares no se pueden resolver a través de respuestas jurídicas despersonalizadas. En las familias y situaciones de rupturas, si bien, como decía Coy, “El amor debe ser infinito mientras perdura, pero, cuando se acaba, la responsabilidad de quienes fueron amantes es despedirse con el menor dolor y el menor sufrimiento posible: llevar la contienda ante los juzgados es muy nocivo para la salud” y, no sólo eso,sino que desgasta, empeora y escala el conflicto, el sufrimiento y el dolor en el ámbito familiar, la mayoría de las veces, de manera irreparable. Con la mediación ello no ocurre.

Cuando nos enfrentamos con un conflicto familiar, con tantos sentimientos y emociones en juego, es muy difícil saber cómo gestionarlo del mejor modo para todos, en especial si hay hijos de por medio. No sabemos cómo salir de ahí y estamos desesperados por encontrar una solución sin que muchas veces sepamos cómo llegar a ella y las emociones nos van consumiendo. No sabemos a dónde ir, qué hacer, cuánto tiempo tardaremos ni si algún día veremos la luz. En este sentido es ilustrativo el cuento de Alicia en el País de las Maravillas, cuando la propia Alicia, desconcertada y sin saber qué hacer ante su propia realidad o pesadilla, preguntaba desesperaba: - “Podrías decirme, por favor, qué camino debo seguir para salir de aquí? – Eso depende en gran parte del sito al que quieras llegar -contestó el gato”. Si el sitio a donde pretendes llegar quieres que sea el más pacífico posible, buscando una solución de consenso y el bien de tus hijos, la mediación es el camino.

¿Qué tipos de problemas son los más frecuentes en este tipo de servicios?

Todos aquellos derivados de separaciones y divorcios seguidos de los familiares intergeneracionales. En general, se pueden llevar a los SMF todos aquellos conflictos que puedan surgir de la convivencia familiar entre padres-hijos, la pareja, entre hermanos, personas dependientes, con los abuelos, etc.

Desde su creación ¿han cambiado los problemas de las familias que acuden a los Servicios de Mediación?

Los conflictos evolucionan con la propia sociedad pero esencialmente son los mismos con actores distintos en el ámbito de la convivencia familiar. Los nuevos tipos de familias, la propia movilidad geográfica e internacional, el desarrollo tecnológico, hacen que los conflictos sean cada vez más variados e internacionales (parejas mixtas que se quieren separar, qué hacer con los hijos en este sentido), problemas a los que dan lugar los nuevos tipos de familias, monoparentales, LGBTI, familias reconstituidas, etc. Sin embargo, los conflictos de familia en esencia siguen igual.

También apreciamos mayores consultas por los llamados conflictos estructurales,de ausencia (que se produce cuando hay abandono parental)y otros desacuerdos típicos en las parejas, que afectan la patria potestad, el reparto de bienes, etc., cuando hay nuevas parejas, nuevos hijos, custodia etc., así como el conocido como conflicto de lealtad en situaciones de divorcio, en que los hijos se ven presionados por los padres a asumir la lealtad de uno en detrimento del otro. Este tipo de situaciones conflictivas se presentan cada vez con más frecuencia. En estos casos se emplea una mediación terapéutica donde además de lograr acuerdos, se enseña a las partes a modificar sus pautas relacionales.

La mediación es absolutamente imprescindible en el ámbito de los conflictos familiares, por la complejidad de los asuntos que en esta materia se dirimen y la especial sensibilidad que estos requieren.

 ¿Quién toma con mayor frecuencia la iniciativa para acudir a estos servicios, el hombre o la mujer?

En la actualidad, carecemos de estadísticas precisas a este respecto y no sería profesional ni acertado dar una respuesta basada en meras percepciones. De hecho, en Panamá, donde me encuentro en estos momentos, desde 2016 se vienen haciendo estadísticas de género según los solicitantes de los SMF y, contrariamente a la percepción inicial -que apuntaba a que serían más las mujeres las que tomaban la iniciativa de solicitar la mediación familiar- los datos fueron prácticamente igualitarios al respecto y así se han seguido manteniendo hasta la fecha.

En mi opinión, en España tendríamos que hacer estadísticas en este sentido para, con los datos en la mano, poder afirmar que la mediación no es una cuestión de género. No debería haber diferenciación entre hombres y mujeres para acudir a la justicia, ni tampoco, por tanto,para acudir a la mediación.

 ¿Existen iniciativas privadas de Mediación Familiar?

Sí. Ello depende de cada comunidad autónoma. En algunas el servicio es público y los SMF se dan de forma gratuita, dejando siempre abierta la opción a las familias para que,si lo prefieren, acudan a un mediador o aun Centro de mediación privado. En la mayoría de las Comunidades la mediación familiar es privada y se han de abonar los honorarios correspondientes.

¿Son distintos los problemas de los SMF en las ciudades que en los pueblos?

Al igual que los conflictos familiares están en la esencia humana, sin importar el lugar donde se desarrollen ni la patria, los SMF se enfrentan a los mismos problemas familiares independientemente de que estos provengan de núcleos poblacionales más o menos amplios. Todos tenemos similares conflictos familiares: rupturas, divorcios, problemas con hijos adolescentes, intergeneracionales, entre hermanos, cuidados, herencias, deberes, etc. independientemente de donde vivamos. Ahora bien, la propia infraestructura de la ciudad y del pueblo hace que el modo de resolverse (infraestructura, cercanía, horario, tiempos, entorno, la preocupación por el “qué dirán”, etc.) pueda ser distinto en ciudades que en pueblos. De ahí que, en todos sea necesario destacar la absoluta discreción y confidencialidad de la mediación y de los SMF, siendo ésta una de sus ventajas más relevantes frente a los tribunales judiciales.

Otro apunte al respecto advierte que los problemas de los SMF en pueblos o ciudades derivan más de la falta de presupuesto, financiación pública y, en consecuencia, servicios sociales de calidad que suelen repercutir negativamente en los SMF que, a pesar del notable esfuerzo y la voluntariedad a veces épica de sus integrantes, o bien desaparecen, o directamente no se implantan en poblaciones más pequeñas.Pero el servicio en sí, la orientación, y el buen hacer profesional es igual independientemente de tratarse de pueblo o ciudad.

¿Qué perfil debe tener el mediador o la mediadora familiar?

La formación de calidad es esencial para ser un buen mediador/a en todos los ámbitos, también en el de familia. Además del dominio de las habilidades y técnicas de la mediación, . Ha de estar en constante actualización y revisión. Ello implica un estudio, renovación y capacitación constante. En particular, el mediador familiar ha de tratar cuestiones especialmente delicadas de gran trascendencia en las relaciones y la vida de las personas. Por ello, no basta con su formación continua en adquirir conocimientos, que por supuesto son imprescindibles, sino que también debe desarrollar competencias y trabajar consigo mismo sus propias proyecciones personales (en especial por los prejuicios o desconocimiento que pueda tener en materia de género, atención a personas con necesidades especiales, otros tipos de familia, etc.) para que no interfieran en el proceso de mediación.

 ¿Cuál es la situación de la Mediación Familiar en Extremadura respecto de otras regiones españolas?

En Extremadura la mediación dista de ser un modelo de referencia para el resto de España. No hay cultura de mediación y ni siquiera tenemos una regulación específica.

Como extremeña que soy y orgullosa embajadora de mi tierra en todos los países y sitios en los que trabajo en mediación, tengo que mirar a otro lado cuando he de decir que de las 17 Comunidades Autónomas que hay en España, 14 cuentan con leyes de mediación familiar y Extremadura es una de las tres que no tiene nada al respecto. Personalmente éste es un tema que me apena. De hecho, ésta es la primera vez que, desde Extremadura, me llaman para algo relacionado con la mediación. Con todo lo que hemos luchado por la mediación, habiendo sido una de las pioneras en lograr introducir, con mucho esfuerzo, hace casi 20 años, y cuando nadie creía en ella, la mediación en la Universidad española, sin embargo, en mi querida Extremadura he comprobado que “nadie es profeta en su tierra”.

No sólo es evidente nuestra falta de legislación en mediación, sino que en Extremadura estamos también atrasados en cuanto a su falta de difusión, por lo que la mediación no se conoce tanto como en otras regiones españolas. Ello no da una muy buena imagen de nuestra Comunidad. Es otro tren que tardamos en lograr y, utilizando el símil ferroviario, estamos a la cola de España en esta materia. De ahí que sea tan loable la labor de difusión e información de la mediación que estáis realizando,Mensajeros de la Paz Extremadura, a través de vuestras campañas y de entrevistas como ésta. Es muy de agradecer y de valorar para la justicia, el progreso y el desarrollo de nuestra Comunidad hacia una auténtica Cultura de Paz.

¿Y en otras comunidades autónomas?

Otras comunidades autónomas, como el País Vasco, además de ser una de las primeras en tener su propia legislación familiar de mediación, ha hecho una apuesta clara por la misma, siendo allí obligatorio acreditar las actas de intento de mediación con carácter previo a la apertura del proceso judicial. Todo ello, sin menospreciar el paso intermedio que ha dado Cataluña en este sentido donde, siempre que así lo indique el Juez, será obligatorio acudir a la sesión informativa de mediación. Obligatoriedad de la sesión informativa que, con la aprobación, del Nuevo Anteproyecto de Ley de Impulso de la Mediación, pronto será una realidad también en Extremadura y en todo el Estado Español.

¿Qué novedades nos va a suponer este reciente Anteproyecto de Ley de Impulso de la Mediación, de 11 de enero de 2019, que comentas,para todos los extremeños y extremeñas?

Es todavía difícil de precisar pues está “recién salido del horno” pero, en principio, es un logro muy importante para la mediación, en general, y para la mediación familiar, en particular. Con esta nueva norma se pretende la implantación definitiva de la mediación como figura complementaria de la Administración de Justicia para la resolución extrajudicial de conflictos en los ámbitos civil y mercantil de una forma más ágil y con un menor coste económico y personal para las partes. El impulso de la mediación busca también descongestionar la carga de trabajo de los juzgados y acortar así los tiempos de respuesta de la Justicia.

No sólo descongestionara a los Juzgados extremeños, sino que dará trabajo a nuestros mediadores profesionales y a los SMF (pues serán ellos los que harán la sesión informativa de mediación obligatoria y, si las partes así lo quieren, el resto del proceso), provocando así mayor satisfacción al ciudadano extremeño en la solución de sus conflictos de familia.

Parece, entonces, que tenemos un futuro prometedor en materia de mediación pero, hasta que ello llegue, en los tres años que parece ser que se necesita para su puesta en vigor, ¿qué existe hoy en día en materia de mediación en nuestra Comunidad?

Citando los datos más recientes del “Estado de la mediación en España”, de abril de 2018: “En la Comunidad Autónoma de Extremadura existen cuatro Puntos de Mediación Familiar (Badajoz, Cáceres, Mérida y Plasencia) promovidos y financiados por el gobierno regional con gestión delegada en distintas asociaciones o entidades de mediación acreditadas. Es un servicio público gratuito para el usuario y desde el que se accede por derivación de los organismos públicos prioritariamente (Servicios Sociales Municipales, Programas de Familia, Consejería de Política Social), aunque pueden atender demandas de particulares (los que deben abonar unos honorarios que cada institución determina). Ha habido bastantes críticas en cuanto al presupuesto destinado a estos servicios, que han tenido como consecuencia la contratación de mediadores con sueldos muy bajos.

El Instituto Municipal de Servicios Sociales de Badajoz implantó hace tres años un Servicio de Mediación Familiar, gratuito, con un mediador contratado en plantilla. El Tribunal Superior de Justicia de Extremadura (TsJEx) y la Consejería de Sanidad y Políticas Sociales han firmado en febrero de 2017 un protocolo para implantar una experiencia piloto en los juzgados de primera instancia del partido judicial de Cáceres, de manera que estos deriven a los servicios regionales de Mediación Familiar todos los casos susceptibles de llegar a acuerdos antes de juicio. Se trata de un protocolo que han rubricado el Consejero de Sanidad y Políticas Sociales de Extremadura y el presidente del TSJEx, y que pretende extenderse a otros partidos judiciales para que sean las propias familias, con la ayuda de profesionales del ámbito social y jurídico, las que resuelvan sus diferencias antes de recurrir al sistema judicial. A través de este protocolo serán los propios jueces los que deriven a los Servicios de Mediación Familiar los procesos civiles de Derecho de Familia que consideren oportunos, tales como divorcios, custodias de hijos o régimen de visitas, para que se llegue a una solución dialogada de esos conflictos familiares. Para hacer efectivo el protocolo, el TSJEx firma un convenio con ASEMED (Asociación Española de Mediación) que pone a disposición un Servicio de Mediación a través de profesionales especializados registrados en el Ministerio de Justicia.

En relación al uso de la ciudadanía de servicios de mediación, queda una labor muy importante e intensiva por hacer de difusión y pedagogía de esta herramienta de la justicia pero, sobre todo, una concienciación por parte de los Jueces y Tribunales de su eficacia y utilidad: hasta que no sea obligatorio acceder, al menos, a la sesión informativa en los casos claramente mediables, no habrá un impulso real. Otra forma de implantación sería la “mediación de oficio”. Fuera del ámbito de la mediación Intrajudicial el conocimiento de este recurso por los ciudadanos es muy deficiente, lo cierto es que la mediación no es en general conocida por la población; otro tanto sucede con la existencia de profesionales dedicados a la misma. Se hace necesario incrementar las campañas de difusión acerca de la figura del mediador y su relevancia en varios ámbitos, además de en el familiar, como el social, empresarial, organizacional, en educación, etc”. De ahí que vuelva a subrayar la gran aportación en difusión que hacéis -Mensajeros de la Paz Extremadura-.

¿Cuál es la situación de la mediación familiar en España respecto de otros países de nuestro entorno?

La mediación familiar está hoy plenamente instaurada en muchos países de la Unión Europea donde como, en Francia, Italia, Reino Unido (pre Brexit), Rumanía, Bulgaria, Noruega, Hungría etc. existe la obligatoriedad de acudir a una sesión informativa de mediación familiar antes de instar el proceso judicial y así las partes puedan conocer de primera mano las ventajas que les puede aportar. Las familias resuelven sus problemas a través de la mediación conociendo la ventajosa oportunidad que representa a la hora de abordar una ruptura de pareja y otros numerosos problemas del ámbito familiar. España está llegando tarde, aunque como hemos comentado, con distinta velocidad entre las diferentes comunidades autónomas que componen nuestro Estado. Confiemos en que con el reciente Anteproyecto citado se haga camino al andar y podamos equipararnos en Justicia y en materia de mediación familiar a nuestros vecinos comunitarios e internacionales, donde en países como EEUU y Australia, la mediación familiar está plenamente instalada y es la primera opción como forma de justicia.

Desde su opinión experta ¿Cómo podrían mejorarse los Servicios de Mediación Familiar?

Tengo muchas propuestas a este respecto empezando por abarcar un concepto extenso de familia en el que prácticamente todo ciudadano esté incluido pero, por no dar más extensión a esta entrevista, lo resumiré en que tendríamos que centrarnos en cada SMF en concreto para ver su realidad y las mejoras necesarias específicas, pasando por la cuestión del presupuesto, financiación, recursos, formación, calidad y difusión.

Soy consciente de que la mediación familiar tardará en desplegar todo su potencial mientras no exista un apoyo decidido por parte de las administraciones que se traduzca en el diseño de políticas públicas que destinen medios y recursos materiales. Una vez que se haga eco social de que esta herramienta, y con la propuesta del Gobierno de hacerla obligatoria en tres años, se empezarán a abrir más puertas para los SMF, para todos los profesionales que nos dedicamos a ella pero, sobre todo, para la ciudadanía que verá mejorada la resolución de sus conflictos en materia de familia. Hay que recordar a nuestros lectores que a vía judicial siempre está abierta, y la protección que ofrece la normativa española a los más débiles también, aunque sólo con la mediación familiar, sin ser la panacea, se puede llegar a fortalecer la familia y al entorno familiar en la solución de los conflictos, sin destruirla. Es hora de dejar de construir muros y pensar en hacer más puentes y el cambio depende de todos y cada uno de nosotros.

Los acuerdos alcanzados gracias a la mediación familiar, ¿son de obligado cumplimiento para las partes?

Sí. Los acuerdos alcanzados en mediación son vinculantes y de obligado cumplimiento como cualquier otro contrato privado que firmen entre las partes. En caso de divorcio el acuerdo de mediación se convierte al final del proceso en el convenio regulador de la separación.

¿Alguna otra consideración que considere oportuno realizar?

Como decía desde “chiquinina”: ¿“Os parece poco estajartá?”?.

Nada más, que echo mucho de menos a Extremadura, mi tierra, y quisiera ponerme a disposición de vosotros y de todos los lectores en mi correo personal: [email protected]. Agradeceros, una vez más, vuestra entrevista. Hay que provechar las acciones formativas y divulgativas para dar a conocer la mediación con campañas publicitarias y de comunicación, no solo el día 21 de enero sino durante todo el año, como venís haciendo Mensajeros de la Paz Extremadura. Agradecer también a los lectores por el tiempo empleado en leerla y felicitaros a todos por el gran trabajo que estáis haciendo por y para la difusión de la mediación en nuestra Comunidad, contribuyendo con ello a la mejora de la Justicia hacia una verdadera Cultura de Paz.

¡Muchas gracias!